Día de las Caminantes

Hoy tenemos un mejor entendimiento del Caminar de las Mujeres gracias a los increíbles aportes de distintas investigadoras y activistas: Carme Miralles, Paula Soto, Paola Jirón, Ruth Pérez López, Claudina de Gyves de Liga Peatonal, ReM_Fem (Dana Corres, Gis Méndez, entre muchas otras), CollectiuPunt6, SampaPé, La Reconquista Peatonal , CAMINA, Ciudad Feminista, Amparo Ortega y Yaz Viramontes de Women in Motion México. Les compartimos algunas de nuestras reflexiones a partir de sus propuestas e investigaciones.

Las mujeres desplegamos una serie de estrategias individuales para movernos y habitar nuestros territorios.  Modificamos nuestras necesidades para adaptarnos a entornos que no nos reconocen, cambiamos el horario, la ropa, el barrio, los objetos con los que nos movemos, o no nos movemos, que es una inmovilidad no deseada, si no forzada.

Ésta adaptación individual, es producto de cómo se planean nuestros territorios a partir de la división sexual del trabajo, separando las actividades reproductivas y productivas. No reconociendo, los usos y necesidades que tienen hoy las mujeres, que muchas, además de asumir roles reproductivos en la casa, en el barrio, tienen dobles o triples jornadas de trabajo remunerado, normalmente fuera de sus barrios; y en su mayoría caminan para satisfacer necesidades asociadas al cuidado, viajamos con personas, hacemos viajes interdependientes e intermodales.

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Las mujeres que eligen caminar por gusto, en su mayoría viven en territorios céntricos, con todos los servicios, donde la proximidad entre la casa, la tiendita, la guardería, la escuela, la clínica, el mercado, la parada de camión, la oficina, el trabajo, la diversión, te da la posibilidad de ir caminando. Pero una gran mayoría de mujeres que viven en contextos latinoamericanos de injusticia territorial y socioeconómica, en territorios con pocos bienes y servicios urbanos, ven al caminar como una única opción, como una obligación, y si pueden, evitan caminar. 

Los territorios en los que nos movemos deben adaptarse para satisfacer la primera necesidad de una caminante, las Banquetas, y reconocer todas las funciones que tienen éstas en la vida de las mujeres. Banquetas no sólo para traslado, si no para la permanencia, para convivir, para cuidar, para prevenir los delitos de todo tipo, los robos y la violencia de género.

La movilidad no es un fin por si mismo, si no un medio para el acceso a servicios y a equipamiento. Nuestros territorios en su mayoría están diseñados para expulsar a las caminantes, son espacios segregados, sin servicios, sin banquetas ni cruces amables, sin usos mixtos, sin espacios para descansar, para jugar, para cuidar.  Caminar hoy en día, parece ser más un acto de “resistencia” “revolucionario” “anticapitalista”, un acto hasta un poco contradictorio, porqué si una puede evitarlo lo haría, ¿Por qué caminar en lugares donde no nos sentimos representadas?  

En este día que se conmemora la muerte de Bridget Driscoll, una mujer de 44 años que iba caminando por las calles de Londres en 1896 y fue atropellada por un automóvil. No podemos seguir permitiendo que las condiciones del entorno, nos excluyan, y nos sigan matando. Que este día, sea siempre oportunidad para repensar nuestros territorios, y garantizar la seguridad vial y personal a las caminantes. Hoy, distintas investigadoras y activistas estamos trabajando para contribuir que nunca más una mujer se sienta exluida en su propio territorio. 

Ante esta nueva cotidianidad por la pandemia de salud #COVID19,  muchas mujeres nunca detuvieron su andar, siguieron caminando para no perder su trabajo, para pasear o por curiosidad para ver cómo el entorno se adaptaba a esta nueva realidad. En la plataforma Urbanismo Mujeres y Ciudad en Latinoamérica, hicimos el ejercicio  Bitácora de la Inmovilidad, que busca tener un registro de las caminatas de algunas mujeres de México en tiempos de pandemia, y escuchar qué propondrían  para sentirse más cómodas y felices en sus territorios. Les compartimos algunos de sus testimonios:

“Más espacio para caminar con sana distancia y más destinos y actividades que no dependan del consumo”Ana, Guadalajara.

“Espacios públicos recreativos agradables,incrementar el arbolado,fortalecer lazos vecinales con actividades que ayuden a conocer a vecinos y nuestras colonias, no focalizados solo en prevención del delito o para evitar el Covid, que si bien es importante, que no sea solo el temor lo que motive la organización social, si no el bienestar que nos debemos, el derecho a cohabitar plenamente el espacio público” Belem 32, Puebla.

“Que no normalicemos nuevamente lo que antes nos hacía infeliz,que la poca o mucha consciencia que hayamos podido obtener en este periodo de confinamiento sobre como nuestros entornos nos impactan,nos sirva para defender la construcción de espacios de bienestar” Oriana, 39

“Que hubiera más adecuaciones al espacio público para quienes caminamos, no sólo en las zonas céntricas sino en todas; bancas, botes de basura, que las paradas de autobús tengan sombra para el sol y la lluvia, más árboles. Que las banquetas estén pensadas para quien las recorre; que se regulen las entradas de las cocheras, los postes de luz y todas las cosas que estorban a los peatones y a los que utilizan sillas de ruedas o tienen diferentes necesidades” Erandi, 27

“Calles compartidas, ampliación de banquetas, sin obstáculos, con sombra”

“Más seguridad”

 


Si quieres unirte a este ejercicio colectivo, descarga en este enlace la bitácora, llénala y manda al correo acoyaniaac@gmail.com con tus datos, nombre, ciudad y edad.

¡ Felices Caminatas !

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